Pacientes trasplantados de hígado
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La inmunidad del receptor de un trasplante, considera al órgano trasplantado como algo extraño que tiene que destruir, por lo que es imprescindible mantenerla adecuadamente controlada para asegurar la supervivencia, en este caso, del hígado implantado.
Esto se consigue con la toma permanente de los denominados INMUNOSUPRESORES que, al frenar la respuesta inmunitaria, reducen inevitablemente las defensas del organismo frente a infecciones por bacterias, hongos o virus. Por este motivo el trasplantado debe tomar las debidas precauciones para evitar todas aquellas situaciones que comporten riesgo de infección.
Por otra parte, los inmunosupresores, pueden tener efectos secundarios indeseables que, con unos cuidados adecuados, pueden minimizarse.
Estas circunstancias obligan a seguir los consejos que a continuación se enumeran:
Ante la aparición de alguno de los síntomas que se enumeran a continuación, ponerse en contacto con su médico en el más breve espacio de tiempo posible.